miércoles, 18 de marzo de 2009

de tarde


Había una palabra de más en ese enunciado , un poco más a la izquierda y me hubiera caído a un abismo sin control. No había velocidad en mis pensamientos, la lentitud se agravaba como si alguien jalara de más los hilos y no me permitiera caminar. Mencioné nombres al azar y el tuyo cayó por fortuna, pero esa fortuna me hizo pensar que tu nombre no responde a mis llamados a mis deseos a mis locuras...percibo en el viento que la noche se acuerda a veces, solo a veces, de las incontables noches de no florecientes ideas solo para cerrar los ojos y sucumbir a la derrota mental, por eso tomé un libro porque no pude escribir nada porque cuando no puedo escribir nada miro alrededor en mi habitación, cierro los ojos y camino en dirección a los libros, tomo uno de cualquier pila y abro los ojos para encontrarme con un libro que no es mío, que es tuyo y que no devolví por razones sentimentales y que me quema las manos en protesta, devuélveme, devuélveme o tírame quémame ahógame desgárrame las hojas no sin antes olerlas, despídete, deja que una a una recorra el aire salitre de la habitación de tus pensamientos y los suyos...después llega el silencio, devuelvo el libro a otra pila, enciendo un cigarro, abro la ventana y me siento a contemplar el tráfico, la gente, el cielo nublado contaminado, la perezosa lluvia que tose sobre la ciudad...lento el sol se aleja de mi ventana y yo me alejo de la ventana solo para escribir esto sin sentimiento alguno...

P.A.

No hay comentarios: